El día cumbre de la Romería del Rocío es el lunes 5 de junio, cuando se producirá el llamado ‘salto de la reja‘ que dará paso a la multitudinaria procesión de la imagen, pero el camino ha empezado a andarse hace días. En total son 119 las filiales en discurrir por esas sendas rocieras, en las que el asfalto, poco a poco, dejará paso a la arena; el paisaje urbano o de carretera, al natural elevado a su máxima expresión. Para las hermandades la llegada al Rocío supone poder disfrutar de la esencia de todo un tesoro natural como el Espacio Natural de Doñana, todo un Patrimonio de la Humanidad, que en estos días se abre al peregrino guiándolo para que cumpla su sueño. Como cada año, la primera en llegar será la Hermandad Matriz de Almonte, organizadora de la romería, y allí esperará a todas sus filiales para, junto con ellas, vivir el momento culmen de esta celebración.
Para que todo salga bien, ya se ha activado el Plan Romero 2017, dispositivo de emergencias para garantizar la seguridad de miles de romeros, el medio ambiente y los bienes, con la colaboración de administraciones y la movilización de hasta 6.000 efectivos.
El origen de la devoción a la Virgen del Rocío la Blanca Paloma, la Reina de las Marismas y de la tradición de peregrinar hasta su ermita o santuario en romería puede situarse a finales del siglo XIII, cuando Alfonso X El Sabio conquista la zona de la localidad onubense de Niebla, a la que pertenecía el pueblo de Almonte, y manda construir una ermita para venerar una imagen de la Virgen bajo la advocación de María Santísima de las Rocinas, nombre del paraje en el que se levantó este templo. Durante la Romería del Rocío, más de un millón de personas se acerca a este lugar en la provincia de Huelva para venerar a la Virgen, dándole un colorido espectacular a esta aldea. Pero también por seguir una tradición secular y disfrutar de una convivencia y una fiesta sin igual en España.
Sin duda el Rocío y todo lo que la rodea es una magnífica razón para visitar este rincón de Huelva, pero hay muchas más. Aquí te damos otras nueve razones para acudir a Huelva, especialmente este año que es Capital Española de la Gastronomía.
La Rábida, donde comenzó el sueño de Colón. En este año que se cumplen 525 desde la salida de Colón hacia las Indias, merece una visita el Monasterio de la Rábida, inicio de una ruta por los Lugares Colombinos que espera con ansiedad que sea declarada Patrimonio de la Humanidad. La Rábida sin duda es el sitio más emblemático de la ruta por los lugares colombinos. En él, Cristóbal Colón encontró refugio y apoyo por parte de los monjes en la preparación para el viaje a América. En su interior están las dependencias donde se gestaron los preparativos del descubrimiento. La ruta no queda completa sin visitar el Muelle de las Carabelas todo un monumento museístico a los viajes de Cristóbal Colón y al propio descubrimiento del viejo continente, con las réplicas a tamaño natural de las tres carabelas: La Pinta, La Niña y la Santa María. Tras visitarlas, a la salida espera un recreado muelle del siglo XV que transporta a otra época.
Moguer, patria chica de Juan Ramón Jiménez. En la célebre obra de Juan Ramón Jiménez, tal vez el más ilustre hijo de esta tierra, Platero y yo se puede leer: “La torre de Moguer de cerca se parece a una Giralda de lejos.” Y no es para menos, ya que Nuestra Señora de la Granada es uno de los mejores ejemplos del Barroco Andaluz, y se encuentra en Moguer, uno de los enclaves culturales más relevantes de las comarcas del Condado de Huelva. Pasear por sus calles, saborear una deliciosa quesadilla, disfrutar de su tranquilidad y aprender de su rica historia, muy ligada al Descubrimiento de América. Moguer es la cuna del Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, quien no ha dudado de dejar la impronta de su hogar en alguna de sus obras más representativas. Hoy en día se conserva la casa natal del genial escritor, con la exposición de objetos personales y ejemplares de sus obras, convertida en Casa Museo. Una de las fachadas más bellas de Moguer es la que corresponde a la Capilla del Corpus Christi y el actual Teatro Felipe Godínez, que originariamente era un hospital de beneficencia. La particularidad principal de esta portada, es el precioso revestimiento de sus muros, con azulejos del barrio de Triana.
Salinas del Astur y Marismas del Odiel. Huelva ofrece espacios naturales únicos en los que toda la familia puede disfrutar de un enriquecedor viaje visitándolos y viviéndolos de muchas y muy divertidas formas. Más allá de Doñana, las Marismas del Odiel sorprenden por su riqueza natural y cultural, en la que la tierra, el río, el mar y el cielo se unen para regalar preciosas postales que compartir en familia. Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección de Aves y Lugar de Interés Comunitario son algunas de las denominaciones y figuras de protección medioambiental que sitúan a las Marismas del Odiel como un espacio natural ideal para el avistamiento de aves. El Paraje Natural de las Marismas del Odiel es lugar de paso de una gran cantidad de aves migratorias y lugar de cría de águilas pescadoras, garzas y flamencos entre otras muchas aves. Allí está el Observatorio ornitológico de las Salinas del Astur. Aquí, en plena naturaleza, uno puede convertirse en pescador por un día practicando pesca deportiva segura de doradas, lubinas y lenguados…
Niebla, destacando sobre el planeta Marte. Algunos científicos afirman que las aguas rojizas (debido a la cantidad de minerales que posee) del Río Tinto, son lo más parecido que podemos encontrar en la tierra al color de Marte. Sus aguas bañan el pie del valle que acoge el precioso conjunto histórico de Niebla. en el interior de su pintoresco recinto amurallado se encuentra el Alcázar de los Guzmanes, coloquialmente conocido por el Castillo de Niebla. Situado en una parte dominante sobre el valle y la ribera del río, se conservan restos de su pasado de origen medieval y posteriormente ocupado por visigodos, árabes y cristianos. En el castillo se puede disfrutar puntualmente de visitas guiadas, talleres de cetrería en incluso un Festival Anual de Danza y Teatro. Sus estrechas callejuelas, sus bellos rincones de postal, sus muros revestidos de azulejos decorados con detalles coloridos y minuciosos, la variedad cromática y aromática de sus plantas, la tranquilidad y el aire puro, la luz dorada de sus atardeceres sobre la piedra de sus monumentos, con una vista sobre un río color teja… razones de sobra para una visita a este escondido lugar.
120 kilómetros de playas. De la desembocadura del Guadiana a la del Guadalquivir, más de 120 kilómetros de infinitas playas de arena fina, suave, dorada, casi blanca por momentos y acariciada por una mar salada que impregna el carácter de su gente cubren el litoral de Huelva; marinera y pesquera por tradición e historia. Cerca de tres mil horas de sol y una temperatura media anual de diecinueve grados la acompañan durante el año llenando los rincones de sus pueblos de una luz casi mágica. Ayamonte, Almonte, Cartaya, Isla Cristina, Lepe, Palos de la Frontera, Moguer y Punta Umbría son los encargados de refrescar la provincia con sus inigualables playas. Playas abanderadas con el reconocimiento europeo o la Q del Instituto para la Calidad Turística Española, situadas en plena naturaleza pero con los mejores servicios: una gran oferta hotelera y de restauración con localizaciones de ensueño, espectaculares campos de golf, puertos deportivos, centros de exposiciones y congresos, centros comerciales y un sinfín de comodidades que hacen de la estancia en sus playas una aventura apasionante.
Doñana, joya de la biología. Un mundo salvaje de espectacular naturaleza y luz esperan en el diamante vivo que es Doñana. Diamante que talla cada día la luminosidad del Atlántico y el agua dulce del río grande. Doñana es la luz viva haciéndose permanentemente marisma, laguna, río, playa, coto y pueblo. Un lugar mágico que atrapa todos los sentidos. Reserva de la Bioesfera y Patrimonio de la Humanidad, Doñana ofrece un mosaico orgánico de cuya belleza viva han sido testigos tartesos, fenicios, griegos, romanos, árabes, andalusíes… Viejas culturas que dejaron en Doñana su savia milenaria, bueyes míticos y yeguas de la brisa que pastorea el pueblo de Almonte. Doñana, humedal de las aves migratorias de África y de Europa, tiene cielos con alas imperiales, lagunas que son nidos, comederos por marismas y dunas vivas donde los ánsares se posan al despuntar el alba. Doñana tan espléndida, tan hermosa, que apenas te acercas a ella puedes sentir su magia.
La ruta del Jabugo, el mejor jamón del mundo. Decir Jabugo es nombrar uno de los manjares mejores del mundo de la gastronomía. Decir Jabugo es hablar del mejor jamón que existe, con la mejor materia prima y un proceso de elaboración delicado y exigente. Decir Jabugo es trasladarse a una de las regiones de España donde poder disfrutar de la magia de la dehesa… y de otros muchos secretos. Decir Ruta del Jabudo es recorrer paisajes inmaculados, remansos de paz donde habita un ecosistema ancestral de encinas, alcornoques, robles y quejigos, cuyo fruto, la bellota, trasforma la simple carne de cerdo en un manjar exquisito. Jabugo se visita en poco tiempo, pero es el comienzo, o el final, imprescindible de esta Ruta. Es imprescindible conocer el “templo del jamón ibérico” que Cinco Jotas, o lo que es lo mismo, Sánchez Romero Carvajal, tienen en la calle principal del pueblo. En el recorrido de la Ruta por la sierra de Aracena y Picos de Aroche, dentro del Parque Natural del mismo nombre, Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se suceden catas, dehesas, bodegas artesanales, bellos pueblos blancos andaluces y menús sólo aptos para buenos comedores y carnívoros. Son 600 kilómetros de caminos, una de las mayores redes de senderos de Andalucía atravesando frondosos bosques, espectaculares dehesas de encinas, alcornoques o quejigos, así como riveras de chopos y olmos o bosques de castaños y pino. Y también bellos pueblos como Aracena, donde está la espectacular Gruta de las Maravillas, o Linares de la Sierra con el no menos espectacular restaurante Arrieros.
Huelva, una ciudad confortable. En la desembocadura del río Odiel, a un paso del Atlántico, se asienta Huelva, ciudad de antigua tradición minera y testigo de acontecimientos históricos tan importantes como el descubrimiento de América. No es una ciudad monumental ya que su desarrollo es bastante reciente, pero es acogedora, cómoda de visitar, amable. Uno de los edificios religiosos más importantes de Huelva es la Catedral de la Merced (s. XVIII), que poca gente visita porque está alejada del centro, aunque vale la pena hacerlo. Tras su espléndida fachada se esconde un conjunto de capillas y retablos de estilo barroco, además de albergar el panteón de los condes de Niebla. En la parte más antigua del casco urbano se encuentra la iglesia de San Pedro del siglo XVI y estilo gótico-mudéjar. La Plaza de las Monjas se sitúa en pleno centro de la parte antigua y es la zona más animada de la ciudad. Junto a ella aparecen típicas calles y plazas como la del Alcalde Coto Mora. La larga tradición minera de Huelva se refleja en el barrio Reina Victoria, formado por casas de estilo inglés que fueron construidas a principios del siglo XX por una de las grandes empresas mineras británicas que se establecieron en la ciudad. Otras obras civiles de interés son la Casa de Colón y el Muelle de mineral, que es reflejo de la intensa actividad minera llevada a cabo en la zona.
Y la mejor gastronomía. Por tener una ubicación privilegiada que le permite conjugar mar y montaña en la misma provincia, Huelva se convierte en un auténtico paraíso del sabor que atrapa todos los sentidos. Pescados, mariscos y carnes se ven complementados por vegetales que se aderezan con aceites y vinagres espectaculares, se riegan con excelentes Vinos del Condado, y se rematan con exquisitas frutas y dulces. El rey es, por méritos propios, el cerdo ibérico de Jabugo y los embutidos que se derivan de él. La famosa carne de los cerdos ibéricos, criados en montanera, es la gran protagonista de muchos de los manjares que se pueden degustar en cada rincón de esta sierra. La tradición milenaria marinera ha dejado muestra en la variedad de pescados, mariscos y moluscos que aparecen en la cocina onubense. Gambas, cigalas, langostinos, coquinas, almejas, navajas o chirlas hacen las delicias de los paladares más exquisitos. Y para acompañarlo todo, los delicados vinos que pueden descubrirse en la Ruta del Vino del Condado de Huelva. Por su parte, los restaurantes de la ciudad o de los pueblos de la provincia ofrecen una cocina imaginativa y tradicional que hace honor al título que Huelva ostenta como Capital Española de la Gastronomía.