Lo nuevo de ZETA es una clásica Pale Ale en su versión americana. Receta a base de la afamada malta pálida Maris Otter, de origen inglés, combinada con la potencia de dos lúpulos americanos como el Cascade y el Mosaic. El resultado es la Malabrocca, una cerveza de alta fermentación y baja graduación alcohólica, fácil de beber, seca, refrescante, con tonos a cereal, nuez y galleta característicos de la Maris Otter y, en aroma, las poderosas notas cítricas de los lúpulos americanos.
Malabrocca se presentaó en Valencia el jueves 16 de noviembre, en Las Cervezas del Mercado by BWK. El espacio, ubicado en la planta baja del emblemático Mercado de Colón, ha configurado toda una semana con lo mejor del catálogo de ZETA en sus grifos. Ocho de los grandes éxitos cerveceros de los valencianos (Hell, Hop, Zendra, Nublar…) servidos en barril, presididos por la nueva Malabrocca, que durante ocho días, hasta el 23 de noviembre, vendrán acompañados por los mejores montaditos de la casa: la clásica titaina del Cabanyal, espencats, chistorras, salmorejo con caballa, ensaladillas… Una semana grande de “Zelebración” para conmemorar la llegada de un estilo tan clásico, tan entroncado en la matriz cervecera como el Pale Ale.
El nombre de Malabrocca no es casual. Se trata de un corredor en la Italia de la postguerra, que hasta se escondía en los bares para llegar el último, pues la “maglia negra” suponía una retribución económica. Pero los que no se escondieron para divertirse en la presentación de esta nueva cerveza valenciana fueron 4 grandes ciclistas: Quique Gutiérrez, segundo en el Giro en 2006 y en grandes vueltas; Ángel Casero, ganador de la vuelta a España y de muchas más entre el 95 y el 2005; Stefano Garzelli, también ganador del Giro en el 2000 o Francisco Benítez e Iván Herrero, todos corredores de grandes vueltas internacionales.
Pocos estilos de cerveza se asocian tanto a una geografía como las Pale Ale a las Islas Británicas. Es emblema entrar a cualquier pub y calzarse una pinta sin pestañear a temperatura de bodega. El gusto frutal, ligeramente amargo y la baja carbonatación. El servicio desde los clásicos y tradicionales cask que impulsan manualmente la cerveza del barril a la copa… Toda una colección de particularidades que forman parte de la cosmogonía misma de la cerveza.
Las Pale Ale son bebibles, refrescante y cargadas de tradición. Garantes de la famosa y ansiada drinkability y precursoras de todo el abanico de cervezas amargas y lupuladas que vienen causando furor en las últimas décadas. Con este nuevo estilo, la fábrica con sede en Alboraya recupera la mirada sobre una familia de cervezas con poca incidencia en su catálogo (constelado de cervezas de baja fermentación), que por primera vez, estará accesible y servido en barril bajo un mismo espacio tan cervecero como Las Cervezas del Mercado.
Volver a la Pale Ale más clásica es virar hacia la familia de cervezas que, con seguridad, ha despertado en una legión de consumidores el germen del conocimiento cervecero. Malabrocca es un homenaje, sin tonterías ni añadidos, a los inicios de la cerveza craft. Una receta que nace de la colaboración de ZETA con la cervecería madrileña El Pedal, ubicada en Lavapiés, que también explora la elaboración bajo el nombre de Cerveza Sin Freno, y se incorpora a la línea de cervezas colaborativas de los de Alboraya, las Brewing With Bros Series.
El nombre y la etiqueta de esta American Pale Ale se inspiran en el universo de las dos ruedas, rindiendo tributo a uno de los primeros grandes mitos del ciclismo: Luigi Malabrocca. Corredor entusiasta de la década de los 40, sin ninguna gran victoria en su palmarés, la fama alcanzó a Malabrocca por sus enconadas luchas por la maglia nera del Giro de Italia. Una distinción primitiva (remunerada, además), que acreditaba, por entonces, como último clasificado de la Gran Vuelta italiana.
Ficha técnica – Malabrocca
5,7% ALC. VOL. – 50 IBU
Cerveza estilo American Pale Ale
Maltas de cebada: Maris Otter
Lúpulos: Perle, Cascade y Mosaic
Levadura: California Ale