Cada vez que preparo boquerones en vinagre vienen a mi memoria recuerdos de cuando los preparaba mi madre o mi abuela. ¡Qué ricos estaban!
Os presento hoy una receta tradicional, casera, y que sin duda alguna merecerá todo tipo de críticas y mejoras, pues en cada casa se preparan de una forma distinta pero seguro que igual de rica.
Espero que os gusten.
Ingredientes (4 personas):
500 gr. de boquerones
Sal común
200 c/c. De vinagre de vino blanco
50 c/c. De agua
2 dientes de ajo
Perejil
Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Se limpian los boquerones quitándoles la cabeza, las vísceras y la espina, separando los dos lomos (esta operación nos la puede hacer nuestro pescadero, yo os lo aconsejo pues luego queda un olor muy persistente en las manos aunque a mí no me desagrada, me recuerda a mi niñez cuando ayudaba en casa a limpiarlos). Reservamos los lomos.
Ahora por culpa de nuestro “amigo” el anisakis. Os recomiendo su congelación a -20º C al menos durante 48 horas ya que este gusanillo puede producir serias reacciones alérgicas a todas las personas que sean sensibles a él.
Los limpiamos bien con un papel absorbente para eliminar la sangre y restos de vísceras y directamente al congelador y recordar, dos días por menos.
Después de dos días y una vez descongelados, procedemos a lavarlos en agua fría abundante para desangrarlos, cambiando al menos 10 veces de agua. De esa forma se quedan blancos, procediendo a continuación a secarles con papel absorbente.
Una vez secos los ponemos en un recipiente, con la piel hacia abajo, formando capas, las cuales iremos sazonando ligeramente.
Cuando hayamos colocado los boquerones los cubriremos con el vinagre de vino y el agua siendo la proporción de 4/1 como os lo he indicado al principio de la receta.
Tapamos el recipiente y los dejamos macerando en el frigorífico un mínimo de 12 horas (dependerá de la textura que queráis conseguir, a mí, particularmente me gustan así, no quedan muy duros pero blancos
Pasado el tiempo de maceración, escurrimos los boquerones y los volvemos a poner en un recipiente echando ajo y perejil recién picados, los cubrimos con aceite para que maceren un poco. Os aconsejo que los dejéis un rato mas ya que como sabéis en la cocina lo importante es la paciencia y el tiempo.
Presentación:
Yo los coloco en un plato llano haciendo un círculo. Los cubro con aceite de oliva virgen extra y les añado el ajo y el perejil , no digo cantidad porque dependerá del gusto de cada uno .
En plato están para chuparse los dedos… pero en bocadillo…
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