Dos Siglos de Pasión y la Forja de un AOVE Premium Global
Un año más, celebramos ese instante irrepetible en el que el olivo nos entrega su primer fruto: el Primer Día de Cosecha.
En esta XX edición, la mirada del arquitecto Rafael Moneo se une a la nuestra para dar forma a una etiqueta inspirada en los detalles renacentistas del Castillo de Canena.
Dos aceites únicos, Picual y Arbequino, que reflejan el equilibrio, la precisión y la belleza que nacen del respeto por la tierra y el tiempo.
Arte, territorio y sabor… unidos en una misma obra.
Nuestra Historia
Castillo de Canena: Dos Siglos de Pasión y la Forja de un AOVE Premium Global
Desde el corazón de Jaén, la familia Vañó Cañadas ha esculpido una historia que se remonta a 1780, anclada en la tierra y el olivar. Más de dos siglos de aprendizaje y dedicación como olivicultores y elaboradores de aceite de oliva han culminado en lo que hoy es Castillo de Canena: un referente mundial en el sector del Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) premium.
.La pasión por el campo, heredada de Luis Vañó y Rosa María Cañadas a sus hijos Francisco, Rosa y Cristina, fue la semilla de una transformación audaz. En 2003, Rosa y Francisco, dejando atrás sus exitosas carreras como altos directivos en multinacionales como Coca-Cola y Banco de Santander, tomaron las riendas. Su visión: convertir la empresa familiar, que hasta entonces comercializaba aceite a granel, en una marca moderna de AOVE de alta gama, impregnada de innovación.


El compromiso inquebrantable con la sostenibilidad, la innovación, la calidad y la excelencia ha sido el motor que ha impulsado a Castillo de Canena a la vanguardia del sector. A día de hoy, su filosofía se centra en el respeto por la tierra, produciendo de manera totalmente sostenible y ofreciendo no solo la mejor calidad en AOVE premium, sino también innovadoras propuestas gastronómicas que invitan a nuevas experiencias culinarias.
Un Castillo con Historia Propia
El nombre de la marca no es casual. Castillo de Canena es el hogar ancestral de la familia, un imponente castillo renacentista ubicado en el pueblo de Canena, Jaén. Su historia es un crisol de culturas: construido por la tribu árabe Banu Kinana sobre un asentamiento romano, luego parte del cinturón defensivo de fortalezas de la Orden de Calatrava durante la Reconquista, y finalmente, en 1538, transformado en un Castillo-Palacio por el prestigioso arquitecto Andrés de Vandelvira para Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V.
Declarado Monumento Artístico Nacional en 1931, el castillo es un tesoro familiar que abre sus puertas a clientes y amigos, y ofrece visitas los lunes por la tarde o bajo reserva cualquier otro día de la semana. Un legado que, al igual que su aceite, destila historia, calidad y la esencia de una tradición familiar que mira hacia el futuro.